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Alfabetización extendida: Un mundo de lectura híbrido

  • Foto del escritor: Graciela Perrone
    Graciela Perrone
  • 11 jun
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 16 jun

Graciela Perrone


Resumen

La alfabetización tradicional debe ser extendida hacia otras fronteras de alta complejidad explayando estructuras cognitivas, intelectuales y emocionales. No obstante, la alfabetización inicial certera sigue siendo la clave para dar estos pasos.



Desarrollo

Interpretar  lo simbólico del lenguaje y la escritura, despertar los procesos neuro-cognitivos que sedimentan la conciencia fonológica y facilitar la comprensión lectora inicial es la   práctica milenaria que nos permite avanzar hacia los alfabetismos extendidos e interactuar con la inteligencia artificial que mesmeriza a sus seguidores desde edades tempranas. Esta extensión del “ABC” exige nuevas habilidades y saberes para construir conocimiento. La educación las debe incorporar  y desarrollar desde los primeros niveles de la escolaridad.


El concepto de alfabetismo aumentado promocionado por Mariana Ferrarelli incluye conceptos tales como competencias mediáticas, expresivas, cívicas, lúdicas, narrativas e informacionales en contextos digitales o híbridos que necesitan del desarrollo de habilidades y saberes aplicables tanto en contextos individuales como colaborativos.


Alejandro Piscitelli comparte el concepto de alfabetismo expandido de las cuatro habilidades básicas. Considera la capacidad lectora extendida como aquella que puede construir matrices lectoras que leen en múltiples niveles un mismo texto, símbolos e idiomas, áreas interdisciplinarias y distintos soportes, la alfabetización numérica como la lectura que comprende y explica la realidad a través de los números, la lectura gráfica que puede visualizar y comprender la realidad compleja en términos de diagramas, esquemas y patrones y la capacidad de articular la oralidad para poder narrar historias que sean comprendidas, generar discursos, transmitir experiencias innovadoras y liderar el futuro. La alfabetización digital completa este kit de habilidades y tecnologías como parte de la adquisición de herramientas para aprender entre símbolos y pantallas.


Esto es lo que hay que incorporar como persona para darse de alta en la comunidad del alfabetismo expandido, al decir del autor. Surge el término polÍmata que define a quien, a través de su formación y la construcción de una mente lectora comprehensiva, puede aprender sobre muchos temas y tener  una visión holística y pragmática para el conocimiento. La posibilidad de ser capaz de formar una mente lectora que albergue un prisma disciplinario amplio y combinado produce un diseño de pensamiento activo, el llamado design thinking, una mente que aumenta sus recursos cognitivos e imaginativos para poder resolver problemas e innovar en sus soluciones.


En los escenarios complejos y mutantes que nos rodean, la lectura en la escuela debe abrir su teleobjetivo y enfocarlo hacia esta dirección. Las lecturas disciplinarias están enfrascadas en marcos curriculares con espacios de aprendizaje rígidos y didácticas que no favorecen la creación de pensamientos colaborativo. Es por eso que se necesita aumentar y flexibilizar los espacios cognitivos e imaginativos de docentes y alumnos.


En esta autopista de la lectura donde las palabras y los datos han copado la virtualidad que los traslada a la lectura en pantallas y a la búsqueda de lenguajes simbólicos y algorítmicos que también requieren de una alfabetización especializada, se destaca hoy la inteligencia artificial.  La IA es un tipo de tecno-ciencia contemporánea que estudia el comportamiento e interviene en la resolución de problemas a través de una máquina. Esta área se enfoca en crear sistemas computacionales capaces de imitar las capacidades cognitivas humanas, su desempeño se desplaza hacia todas las disciplinas.


Su actual desarrollo no deja de lado la enseñanza y aprendizaje de la lectura ni el desarrollo de las habilidades lectoras ni sus hábitos. Actualmente, nos ofrece asistentes novedosos que nos ayudan a mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la lectura y la escritura, a través de la personalización del aprendizaje, programas adaptativos y tutorías virtuales. Los estudiantes obtienen una devolución de su progreso tanto desde un incremento cuantitativo como del desarrollo cualitativo de conocimientos, habilidades y hábitos en sus distintas prácticas. Asimismo se pueden llegar a adquirir las llamadas habilidades meta o de meta-cognición. Estos programas ofrecen adaptar la velocidad y nivel de dificultad de los materiales de lectura y aprendizaje para considerar las necesidades de cada alumno y contribuyen a la medición de los hábitos de lectura.


La IA también ayuda a crear hábitos de lectura en plataformas que ofrecen miles de títulos y determina a través de preguntas el nivel de lectura, los intereses y gustos temáticos. Al igual que un profesor, el entrenador virtual de lectura de IA espera hasta que el alumno haya terminado de leer la página antes de usar estrategias basadas en fonética para enseñarles habilidades críticas de lectura. A pesar de los beneficios potenciales de la IA en el aprendizaje de la lectura, su implementación presenta algunos desafíos tales como la capacitación y conocimiento de los educadores sobre cómo utilizarla de manera efectiva en el aula, su inclusión en lo curricular y el cuidado de los elementos singulares y constitutivos de nuestra especie humana, como es el proceso de creación e invención, directamente relacionado con el proceso cognitivo de la imaginación.


El rol de la familia sigue siendo crucial para desarrollar el léxico inicial del lenguaje en ambientes emocionales positivos y estructurales y los escenarios áulicos que motiven la   singularidad de cada alumno. La experiencia y capacitación de los docentes que transmiten su propia experiencia lectora con prácticas didácticas basadas en métodos científicos son indispensables, los accesos a las bibliotecas escolares y públicas, que deben ser actualizadas con tecnología, con su polifacética oferta al alcance de la mano en los estantes socializando la lectura, irremplazables. Estos son los eslabones de una cadena lectora fundacional eterna que deben cuidar lo que se denomina singularidad en nuestra especie: el desarrollo del lenguaje.


Su desarrollo como una expresión de articulación motriz y emisión de sonidos es el fruto de la necesidad de nuestros ancestros de comunicar sus emociones, sentimientos, conocimientos para interactuar socialmente y diferenciarse como especie. Sus vocalizaciones se convierten luego en palabras. Nacen los arrullos, las leyendas, las arengas de lucha, los piropos y los chismes. Un grupo de zonas corticales y subcorticales del cerebro localizan las operaciones mentales para hablar. La comprensión descifra el significado, el aparato fonador genera la cadena de sonidos que completarán las palabras del léxico de cada individuo, después la escritura y la lectura. Un fenómeno más que singular producido por la inteligencia en expansión. La inteligencia artificial se da cuenta que necesita aprender y entender nuestro lenguaje para poder producir el lenguaje humano de conversación. Si las máquinas dominan nuestro lenguaje se puede dominar la inteligencia humana. Integrar la inteligencia biológica a la no biológica en nuestros cerebros. Generar un proceso de apareamiento o conocimiento híbrido. Un proceso de producción de conocimiento y lectura híbrido.


Singularidad es también posicionar al ser humano en exclusividad en el centro de toda acción educativa, potenciando sus activos intelectuales y emocionales: distinguir y diferenciar sus talentos, desarrollar su inteligencia emocional, respetar su diversidad y desarrollar un pensamiento propio a través de la lectura. Descubrir y potenciar la singularidad de la especie a lo largo de su educación formal e informal, asegurará que el discernimiento colectivo humano conserve el pensar con timón propio y ponga los límites entre el hombre y la máquina.

Conclusión

Esta convergencia de escenarios de lectura y hábitos lectores híbridos merece una reflexión profunda desde las políticas públicas de educación, alentando su aplicación en modelos de escuelas más autónomas que puedan elegir instrumentos convergentes hacia aprendizajes y hábitos de lectura para toda la vida que preserven la singularidad humana. La escuela debe tomar urgente nota de lo que implican las exigencias de la prontitud de los cambios en los enfoques que ameritan la alfabetización inicial y la expandida en el aula, y el avance de la inteligencia artificial. Entrenar a los docentes como artífices, líderes inspiradores y cuidadores de estos procesos será clave para que los alumnos puedan abordar el tren del conocimiento con pasaje abierto y tengan la autonomía para elegir y preservar su propio itinerario.


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